Hemos tenido el placer de comprobar personalmente que las recomendaciones recibidas sobre esta casa eran reales, nadie exageraba ni un apice. Ya con la experiencia de los años vas dando importancia a otros valores.
Afortunadamente en el estado español la mayoria de las casas rurales tienen un nivel muy alto, por eso nosotros valoramos muchisimo el trato personal, el calor humano, que es lo que tiene que diferenciar a estos alojamientos de los hoteles. En este caso hemos quedado encantados, Pilar es una persona entrañable y cercana, nos ha mimado como una madre, acompañada de Isabel no nos ha faltado de nada y han sido muy cariñosas con las niñas.
En cuanto a Paco, es un hombre entusiasmado con su trabajo, esta loco por que le pregunten cosas sobre la zona y se desvive porque estemos a gusto en su casa, nosotros tuvimos dos insignificantes problemas y los soluciono rapidisimamente como si le fuera la vida en ello.
En definitiva una joya de casa, tanto en el continente, como en su contenido...Tornarem
